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La importancia de la situación
El peso del entorno para predecir conductas futuras
El protagonista de nuestra historia nace en 1930. Por aquellos años la personalidad se concebía como un conjunto de rasgos conductuales heredados genéticamente. Él era aún muy joven cuando el doctor Cattell desarrolló su famoso modelo de personalidad de 16 factores.
Nuestro protagonista, Walter Mischel, fue galardonado en numerosas ocasiones por la Associación Americana de Psicología.
En 1968, el doctor sorprendió a muchos al afirmar que los tests de personalidad clásicos eran casi inútiles. Mischel afirmó en ese momento que sólo acertaban en el 9% de las ocasiones.
Walter Mischel, desmarcándose de los tests clásicos y de esa manera de estudiar la personalidad, diseñó su propio experimento teniendo en cuenta los factores externos y el contexto. Creía que era absurdo no tener en cuenta la interacción de la persona con el entorno.
Esa para él era la clave, sostenía que los desencadenantes ambientales podían ayudarnos a predecir mucho mejor las acciones futuras.
De esta forma, Mischel elaboró el que más adelante se conocería como el famoso experimento de las golosinas.
Resistir la tentación como indicador de éxito
Para evaluar la fuerza de voluntad, Mischel elaboró un experimento en el que se ofrecía a niños de cuatro años una golosina.
Podían escoger entre comérsela de inmediato o esperar 20 minutos. Si se esperaban, pasados los minutos podrían comer dos golosinas.
Si nunca has visto nada al respecto te lo aconsejo. Es muy gracioso ver cómo tratan de resistir algunos niños. Podéis encontrar el enlace aquí.
Unos eran capaces de esperar y otros no. Esa capacidad de resistir la tentación en lugar de sucumbir al placer immediatio fue visto por el investigador como un indicador de éxito en la vida. Convencido de ello, realizó un seguimiento a los participantes hasta llegar a la adolescencia.
Las conclusiones a las que llegó fueron que los niños que años atrás habían resistido la tentación, eran más equilibrados y fiables de adolescentes. Obtenían mejores notas, a nivel social eran más competentes y disfrutaban de mayor autoestima.
El haber pospuesto la gratificación immediata empezó a ser visto entonces como el mejor predictor del éxito futuro de la persona en base a sus rasgos de personalidad.
No absento de críticas, es incuestionable que durante su dilatada carrera, Walter Mischel motivó un cambio completo en el estudio de la personalidad. Influyó notablemente en cómo se hacía la selección de personal en ese momento.
Los test que antaño habían sido la base para distinguir al mejor candidato, pasaban a considerarse más bien una orientación, una herramienta complementaria interpretada siempre teniendo en cuenta la situación y el contexto del que sería el puesto a ocupar.
Si te han resultado curiosas las aportaciones de este autor al campo de la psicología, te recomiendo este fragmento de Redes, en el que E.Punset charla con el doctor Walter Mischel.
Espero que te haya gustado, no olvides preguntar cualquier duda o curiosidad que se haya quedado pendiente. Estaremos encantados de leer tu opinión.
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