Para ofrecer las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como las cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. El consentimiento de estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o las identificaciones únicas en este sitio. No consentir o retirar el consentimiento, puede afectar negativamente a ciertas características y funciones.
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario para el propósito legítimo de permitir el uso de un servicio específico explícitamente solicitado por el abonado o usuario, o con el único propósito de llevar a cabo la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para la finalidad legítima de almacenar preferencias no solicitadas por el abonado o usuario.
El almacenamiento o acceso técnico que es utilizado exclusivamente con fines estadísticos.
El almacenamiento o acceso técnico que se utiliza exclusivamente con fines estadísticos anónimos. Sin un requerimiento, el cumplimiento voluntario por parte de tu proveedor de servicios de Internet, o los registros adicionales de un tercero, la información almacenada o recuperada sólo para este propósito no se puede utilizar para identificarte.
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad, o para rastrear al usuario en una web o en varias web con fines de marketing similares.
¿Sufres depresión?
Responde un cuestionario validado,
te enviaremos los resultados lo antes posible
Ilustración de @cristiangroza.artworks
En muchas ocasiones se utiliza el término “depresión” para definir casi cualquier comportamiento que nos hacer estar tristes. En la sociedad se tiende a llamar depresión a cualquier sufrimiento negativo, provocando que se pueda confundir el concepto, así como sus criterios.
Con este artículo pretendemos aclarar algunos conceptos, así como ayudarte a tener más claro si puedes estar sufriendo un trastorno psicológico o no. Lejos de hacer tu propio diagnóstico, se trata más bien de que puedas conocer los signos y síntomas característicos de la depresión, una patología que requiere de una atención terapéutica para su tratamiento. Con esto, esperamos contribuir a que tomes la mejor decisión respecto a si necesitas la atención de un profesional de la psicología y/o psiquiatría.
Es probable que en alguna ocasión te hayas podido sentir identificado con los criterios que aparecen a continuación. No obstante, no debes alarmarte y, en caso de duda, consulta siempre con un profesional.
¿Qué es realmente tener depresión?
La depresión es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por un sentimiento de tristeza persistente, apatía, somatizaciones, angustia y una pérdida de interés en las actividades de la vida cotidiana.
La depresión mayor es el trastorno mental más prevalente a nivel mundial (junto con los trastornos vinculados a la ansiedad).
La depresión se entiende como un trastorno en el que al menos durante dos semanas y de manera continuada la persona ha experimentado una serie de síntomas entre los que destacan la presencia de un estado de ánimo triste y la anhedonia.
La anhedonia consiste en una pérdida de capacidad para sentir placer en cosas que antes eran satisfactorias. Es un concepto muy utilizado tanto en psicología como psiquiatría y no representa en sí un trastorno mental, sino que más bien se trata de un síntoma. Es la expresión de una patología que produce ese efecto, entre las cuáles destacan los trastornos depresivos.
Según la OMS la depresión es una de las enfermedades que causa mayor discapacidad a nivel mundial. Las consecuencias de esta patología son muy amplias y se ven afectadas tres esferas de la persona: emocional, cognitiva y conductual.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?
Hay que tener en cuenta que para poder hablar de depresión se han de cumplir los criterios diagnósticos que así se establecen en el DSM-V, principal manual diagnóstico de trastornos mentales.
No realices un autodiagnóstico ni te automediques, puede ser muy peligroso y perjudicial para tu salud.
Es importante considerar que estos síntomas puedan deberse al consumo de alguna sustancia o medicamento, así como a la aparición de otra alteración médica. En ocasiones puede deberse a haber vivido una pérdida o duelo que se pueden sentir algunos de los síntomas anteriores.
Si estás experimentando algunos de los síntomas descritos anteriormente y está influyendo en tu vida a nivel familiar, laboral, social o de pareja, es muy recomendable que busques la atención de un profesional.
¿Qué tipos de trastornos depresivos hay?
El rasgo común de todos los trastornos depresivos es la presencia de un ánimo triste, vacío o irritable, acompañado de cambios somáticos y cognitivos que afectan significativamente a la capacidad de funcionamiento de la persona.
Lo que los diferencia es la duración, la presentación temporal o la causa u origen de la patología. Dentro de los trastornos depresivos que establece el DSM-V encontramos:
¿En qué consiste su tratamiento?
La terapia para la depresión tiene como objetivo restablecer el estado de ánimo de la persona. En concreto, la psicoterapia ayuda al paciente a tener pensamientos y conductas más saludables y a recuperar el control y la satisfacción con su vida.
Para superar el trastorno, la terapia psicológica permite reaprender o realizar cambios en positivo en la manera de vivir para conseguir retomar la alegría y un óptimo estado vital. El psicólogo ayuda al paciente a identificar y comprender los problemas que le afectan y a buscar las soluciones más adecuadas en base a sus valores. Se marcan objetivos realistas con el fin de lograr el bienestar mental, físico y emocional.
Las sesiones que realizamos para el trastorno depresivo suelen ser de tipo individual, aunque también puede ser conveniente complementar con terapia familiar o de pareja, dependiendo de las personas afectadas por el trastorno. De esta manera, quienes rodean al paciente también aprenden cómo darle apoyo.
En ocasiones puede ser necesario el uso de fármacos para que la efectividad de la terapia aumente. El paciente necesita recobrar su equilibrio neurofisiológico y, aunque a veces se produce de manera orgánica con la terapia, en otras se necesita el seguimiento de un tratamiento farmacológico con la supervisión médica correspondiente.
La intervención por parte de profesionales sanitarios puede ser realmente imprescindible para poder superar esta difícil situación. Por sí sola la persona puede no ser capaz de adquirir una visión más positiva de la vida, identificar pensamientos distorsionados y eliminar sentimientos negativos como la falta de esperanza.
Eso no quiere decir que nunca más se vuelva a estar mal, ni mucho menos. De hecho, haber padecido un episodio depresivo aumenta el riesgo de padecer otro en el futuro. No obstante, este trabajo terapéutico permite adquirir habilidades y estrategias que sí pueden sernos de ayuda durante toda la vida. También existe evidencia de que la intervención psicológica continua previene la aparición de nuevos episodios depresivos.
Busquemos soluciones juntos
Si nosotros no somos la mejor opción terapéutica para tu caso, te ayudaremos a ponerte en contacto con los profesionales o centros especializados más idóneos para ti.
Responde un cuestionario validado,
te enviaremos los resultados lo antes posible
Últimos artículos
Trastorno Disfórico Premenstrual, un tema tabú
17 de junio de 2022El síndrome de “Burn-out” o “Estar quemado en el trabajo”
27 de mayo de 2022Creciendo entre las redes – la transformación de la comunicación-
29 de abril de 2022El experimento: Un tranvía llamado decisión
8 de abril de 2022(In)tolerancia a la frustración
25 de marzo de 2022